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Del lado oscuro y como la felicidad no te llevara a ningún lado.
Cuando tenía entre doce y catorce años quería escribir, decidí que así sería y comencé a escribir todo lo que me venia a la mente, me sentía tan motivada y la inspiración venía a mi en cada momento, me sentía realmente llena de emociones que quería plasmar en el papel.
Hoy en día me siento muy feliz, siento que el día es diferente que la vida es plena que el aire no pesa que la luz del sol es tan brillante y hermosa que nada podría salir mal, ni siquiera puedo llegar a recordar lo que es sentirse triste, en cambio, no siento la necesidad de escribir sobre nada, quiero hacerlo pero la inspiración se queda atrás, no encuentro palabras ni historias que contar. ¿Cuál era la diferencia de entonces y ahora? La felicidad y el dolor, cuando era más joven me veía en la necesidad de buscar amor y felicidad y parecía no encontrarlo, solo podía refugiarme en mis pensamientos, ahora la alegría inunda mi vida y parece ser un gran factor para que no sienta la necesidad de escribir. Es por ello que para poder ser escritora deberé retornar al lado oscuro. Debes aceptar tu lado oscuro, tu lado agrio, triste y melancólico, refugiarte en tu dolor y permitirte estar triste, porque cuando estas ahí solo quieres estar en un lugar ese lugar es el de la felicidad; para ello debes luchar y buscar a toda costa que las cosas sucedan, cuando eres feliz y estas contento ya estas en el lugar prometido. Todo aquello que te hace moverte es el hambre, la desesperación y la necesidad, si estas pleno ¿Como vas a avanzar?
Este es mi lado pesimista, pero no los puedo dejar sintiéndose miserables por ser felices, así que ahí les va. El secreto es unir esos dos mundos, el lado oscuro con la luz, ahí podremos vivir siendo felices y aceptando que la tristeza existe para poder seguir luchando por algo, aquella sed, esa hambre, ese deseo de algo, algo que desees con mucha desesperación.
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