Soy de ese tipo de personas que busca los medios para saber
sobre su futuro. Si, yo creo en esos métodos de adivinación y pago por ellos.
Después de haber recurrido a varios de esos métodos me doy cuenta que hay algo
en lo que siempre se es constante y es nuestro libre albedrío. Últimamente he
tenido muy en cuenta que en la vida hay que saber distinguir sobre lo que se
tiene control y sobre lo que no se tiene control. Una filosofía muy de doble A,
pero bueno, primero tomo y luego existo, luego e vuelvo AA. En fin ¿en qué iba?
Pues que ésta filosofía me ha hecho la vida mucho más fácil. ¿Sobre qué tengo
control? Entonces tengo el poder para cambiarlo y no puedo quejarme o sentirme
mal porque en mis manos está el control. ¿Qué es lo que no puedo cambiar?
Entonces … ¿Pa’que me estreso? No hay necesidad. Y así, se ha ido últimamente
mi manera de ver la vida y vieran de ver que es mucho más fácil.
Entonces la vida te pone en una disyuntiva y es tu momento
de decidir. Lo que a mi manera de ver en ese momento de decisión se crean dos o
más mundos. Son caminos que a la vez abren la posibilidad a más caminos y así
sucesivamente, hasta que estos caminos se asemejan a las ramas de los árboles.
Tan altas o tantas como alcance el arbolito o tan poquitas y pequeñas.
¿Qué pasaría si
distintas decisiones te llevaran al mismo resultado? ¿Podríamos decir
que en ese momento era tu destino? En realidad me he visto en situaciones en
las que he dicho: era el destino. O que la gente a mí alrededor me dijera: era
tu destino. Pero a mi manera de ver las cosas el destino debe ser una fuerza
mucho más superior que nuestro poder de entendimiento y estaría fuera de
nuestro poder determinar que es y que no
es el destino. En fin, la vida no es como lanzar una moneda “n” número de veces
para determinar un resultado. La vida no es un experimento para ver si todas
mis decisiones me llevaran al mismo resultado. Si tomas una mala decisión
pueden suceder cosas muy lamentables o desviarte de tu plan original, tal vez
perder algunos años o pasarla mal. Hay que saber tomar las resoluciones correctas
aunque eso sea lo más difícil de realizar, hay disyuntivas que parten de lo que
es correcto y lo que no. Pero de todas las demás ¿Cómo sé que estoy tomando una
decisión correcta?
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