Evolucionar o morir

jueves, 21 de mayo de 2015

Adictos al Amor.

Respiro. Miro a mi alrededor, estoy en su casa, después de tanto tiempo siento como si no hubiese pasado ni un solo día. Todo en la casa es igual, los sillones, las paredes, la iluminación, los olores. Me siento tranquila y segura, me encanta la sensación que el lugar me provoca, todo es felicidad y reconozco sus gestos y su voz. La plática es tranquila y amorosa, como si nada hubiese sucedido. Me siento feliz. Pero en cuanto abro los ojos, me doy cuenta que todo era un sueño, vuelvo a mi realidad y todo se fue. Quisiera volver a sentir ese sentimiento de felicidad y amor otra vez. Entonces comienzo a sentirme mal porque recuerdo todas esas veces en las que el amor era muy grande y me encantaba como me sentía. Me cuestiono el porque ya no lo tengo y es cuando quisiera tirar todo por la ventana para recuperarlo.
Después de recapacitarlo, me doy cuenta que el Amor es como una droga, y aun estoy en desintoxicación. ¿Y como explicarlo de otra forma? No se puede. Es simple. El amor me hacia sentir tan bien que quiero volver a tenerlo no importando lo que tenga que hacer, tal vez lo buscaría sin pensarlo todo con tal de poder sentir el amor de nuevo. Esa desesperación no es normal, me siento en un descontrol total y una parte de mi no entiende como ayer estaba tan bien y hoy no puedo aquietar mi llanto.
Definitivamente me siento en rehabilitación, algunos días podré estar tranquila y algunos otros tendré una recaída. "Dios dame la fortaleza para controlarlo". Hace años cuando le comenté a mi padre que había terminado una relación él me dijo: Un día a la vez. Frase que por supuesto usan los alcohólicos,  y hoy vengo a caer en la cuenta que aplica exactamente igual, dentro de mi rehabilitación al amor. 

Ahora pienso que no será fácil, porque sobre todo es la mayor droga legal que existe. Algunos dejan el cigarro y dicen no volverlo a fumar durante el resto de su vida, sin embargo el amor no es igual, tarde o temprano volveré a caer, tal vez con alguien más y me enamoraré tan perdidamente que ésta rehabilitación habrá valido un cacahuete.

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