Cuando se trata de querer ofender a alguien, de querer herir a alguien con simples palabras entonces nos dirigimos inmediatamente a las grocerias. Es fácil elegir una palabra antisonante para nombrar a una persona que ha actuado mal a nuestro parecer o con alguna acción nos ha ofendido. Lo chistoso del asunto es que muchas veces estas plabras llegan a ser tan comunes que a nadie le llega importar. Esto es, no hieren como quisieramos que sucediera.
Sin embargo, como dicen, la verdad incomoda. Y también duele.
¡¿Por qué?! Por qué debe ser así? no esperas molestar a alguien y sin embargo lo logras. Lo único que buscas es una solución o un cambio y en vez de entablar una discusión coherente solo salen sentimientos encontrados. Las palabras no se borras, no cambian, se interpretan como se quiere y duelen hasta el fondo por mucho tiempo.
Quiero vivir en un mundo donde no nos icomodemos con la verdad
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