Evolucionar o morir

miércoles, 8 de octubre de 2014

Miedo

Vienes a mi memoria en una imagen nítida. Te recuerdo bien. Sentado en la orilla de la cama, preocupado y sin camisa. Yo del otro lado del cuarto te observo bien, fría y distante. En ese momento todo pareció tan revelador para mí. Tenias una nube gris sobre ti. Que caía desde tu cabeza, bajaba por tus hombros hasta llegar a tus brazos. Lo entendí. Era miedo. Todos estos años no había visto esta nube pero ese día la vi tan clara para mis ojos. Tu tenias miedo, era un miedo que había ido creciendo al pasar el tiempo y creo que ese miedo lo había ayudado a sembrar yo. Cada vez que  yo era tierna contigo, cuando te decía cuanto te amaba, cuando te lo demostraba, cuando yo te proponía algo nuevo, todo ese tiempo esa nube crecía sobre ti. Como alguna vez dijiste yo te presionaba, te presionaba tanto que no dudo ese peso cayera sobre tus hombros, porque no te creías lo suficientemente fuerte para afrontarlo. Sabias que perderías. Porque tenias tanto miedo que no podías sobrellevarlo. Así pasaron todos estos años, en una lucha constante entre tu y esa nube. Te doy gracias. Por intentarlo, por tratar de luchar pero ese día entendí que no podías más. Que habías llegado al final de tu lucha y habías perdido.
Al mismo tiempo que reconocí todo eso en ti. Me reconocí a mi misma. Era yo la que tenia miedo. Miedo a perderte. Me habías dado la mayor felicidad que en mi vida entera podría haber tenido. No quería perderte. Alejar todo eso de mi, ni pensarlo, por eso me resistía y quería continuar, quería inventar nuevos proyectos, nuevas aventuras, crear nuevos caminos para que tu y yo pudiéramos continuar. Sabia que esta no era mi vida. Sabia que no podría quedarme a tu lado. A pesar de eso yo lo intentaba, me aferraba a la idea de pensar que todo eso podía ignorarlo solo para que tu y yo viviéramos felices por toda la vida.
Vaya ilusos que fuimos, eramos unos enamorados sin poder pisar el suelo. Vaya historia que creamos, será una de mis  historias favoritas de amor. Vaya final, que la vida los separó porque nunca estuvieron destinados a estar juntos. No habrá final eterno aquí, pero si podrá haber final feliz.

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